¿Es una amenaza encubierta no basar las estrategias y competencias de liderazgo de un gobierno en la “Revolución 4.0”?.

Sé de la importancia y que todo el mundo nos habla de la transformación digital. Están saliendo nuevas competencias de la nada, ofreciendo servicios y productos que rompen paradigmas. Sin embargo, la mayoría de empresas actuales continúa basando su estrategia de gestión de costes y procesos en planteamientos tradicionales, elaboran presupuestos en base a años anteriores y hay una gran ausencia de estrategia digital en las compañías. A los líderes actuales se nos pide cada vez más competencias y habilidades que hagan posible la transformación digital dentro de la compañía, hacer que las cosas sucedan dentro de un entorno volátil que va transformando los mercados.

No paro de leer artículos o estudios que hagan referencia al líder digital, hasta yo misma centré mi TFM en un tema relacionado. (Liderazgo en la era digital).

Uno de los estudios que mencioné, entre otros, fue el de Manpower en el que se destacan los siguientes aspectos, los cuales cito textualmente:

“Se aplica la regla del 80/20: 80% de competencias de liderazgo tradicional y un 20% de nuevas habilidades” las nuevas habilidades que se fundamentan en el estudio y que corresponden al 20%, son la capacidad de aprendizaje, empoderamiento, curiosidad y el espíritu intraemprendedor. El 80% hace parte de las cualidades que ya son inherentes al líder y que he referido en las diversas teorías de liderazgo. Por consiguiente el 20% que hace referencias a esas nuevas capacidades que son las que se deben potenciar para maximizar el beneficio de la organización.

El líder digital es aquella persona en la compañía que sabe utilizar la tecnología y convertirla en una activo, capaz de generar valor, está claro que lo digital nos aporta datos, son esos datos que el líder digital debe convertir no sólo en conocimiento sino en inteligencia y por tanto en una competencia para generar sostenibilidad y desarrollo. Es competencia del líder conocer de los nuevos modelos de negocio, la gestión de equipos y la remodelación la nueva forma de decorar los balances y cuentas de resultados, de generar ingresos y concebir gastos, porque nada será como antes, lo que Appelo denominó Management 3.0 así como Appelo (2010) invitaba a tratar a las organizaciones como sistemas vivos, flexibles y agiles que tendiese a la mejora continua, como se expresa en su siguiente frase:

“Una organización adaptable responde a los cambios, mientras que una organización transformadora se nutre de ellos” (Appelo 2010) .

Hofter (1951) escribió: “En tiempos de cambio, quiénes estén abiertos al aprendizaje se adueñaran del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe.”

Entonces si sólo aquellos que sepan responder al cambio de paradigma, al nuevo modelo empresarial que responde la Revolución 4.0 serán los que supervivan dando sostenibilidad a su negocio, ¿no podría aplicarse esta misma tendencia de transformación, de cambios de estructuras y nuevos sistemas para el gobierno?, después de todo son ellos quienes definen la política económica de nuestro país y muy lejos de la realidad corporativa para la que los líderes nos preparamos.

El libro “Revolución tecnológica y nueva economía” de José María Gay de Liébana me ha hecho reflexionar sobre esa cuestión que planteo anteriormente ya que la economía disruptiva forma parte de la transformación digital y las grandes tecnológicas son los “grandes jugadores” para hacer que esto suceda así como me ha hecho entender la preocupante situación económica de nuestro país, sin comprender porque los gobernantes no renuevan su forma de liderar y administrar España dejando atrás “colores” y “filosofías” arcaicas nada acorde a la era actual. ¿No es acaso un buen líder aquel que es flexible y toma las decisiones en base al contexto?, no se trata de izquierdas, derecha o políticas de centro, deben de ser como un jugador de golf, examinan el terreno y después decide con que palo utilizar para dar el mejor golpe; objetivo: economía cada días más sana y prospera para el país.
Algunos de los cambios que toda esta transformación digital está produciendo, son:

• Gartner prevé que, en el plazo de 10 años, las máquinas realizarán el 30% de los trabajos que hacen ahora los humanos.
• El 70% de los bebés de hoy trabajarán en profesiones que aún no se conocen, por la simple razón de que todavía no han sido inventadas o creadas.
• Las principales amenazas para tu empresa pueden provenir perfectamente de otras industrias y otros sectores económicos.
• La compañía líder mundial en transporte de personas por carretera no tiene un sólo vehículo de su propiedad y es completamente digital (Uber).
• La compañía líder mundial en gestionar plazas de alojamiento no dispone de hoteles ni establecimiento similar alguno y es absolutamente digital (Airbnb)
• La Economía Colaborativa está cambiando muchas reglas del juego tradicionales, descolocando a muchos operadores convencionales.
• La disrupción digital está provocando cambios cuya trascendencia futura tan sólo podemos atisbar tímidamente. Y ello sin entrar en profundidad sobre las consecuencias del uso de Big Data, del Internet de las Cosas, de aplicaciones de Business Intelligence……….

La economía disruptiva ha venido para quedarse y será la suma de todas esas innovaciones, revoluciones tecnológicas y digitales que penetran en nuestras vidas de una forma abrupta rompiendo paradigmas a la hora de relacionarnos, producir y consumir.

Los países más digitalizados y robotizados del mundo tienen menos paro y cuentas públicas más sólidas que aquellos países que intentan impedir el avance tecnológico.

Estados Unidos encabeza las grandes empresas tecnológicas (Apple, Microsoft, Google, Alphabet (Facebook), y tiene el menor índice de paro de los últimos cincuenta años y sus salarios más bajos crecen más del doble que la media nacional, por lo que la digitalización y la robotización generan empleo.

En España, en el desarrollo de la digitalización, ocupamos el puesto 14 dentro de la Unión Europea de 28 países miembros y el número 45 en el ranking mundial.

Según siemens en España sólo un 38% de las empresas tienen una estrategia digital formalizada. Sólo el 60% de las compañías reflejó haber trasmitido adecuadamente y aun algo preocupante del estudio el 26% revela que no tiene un responsable asignado para llevar a cabo la transformación digital de su compañía. Las competencias como cultura digital siguen siendo mínimas al igual que la innovación.

A los gobiernos que busca inflación (impuestos de los pobres) a toda costa y con mayor recaudación fiscal, para ellos las tecnológicas disruptivas son desinflacionsitas y reducen ingresos fiscales. La información reduce la subida de precios para reducir en términos relativos sus deudas, entonces bajo esta creencia entorpecen el avance y el progreso imponiendo impuestos a las tecnológicas GAFA, (Google Amazon, Facebook y Apple) a nivel europeo y luego el impuesto tasa google desde España y Francia.

Me sorprende hasta me asusta leer, que desde el año 2007 hasta el 2018 hemos retrocedido de ser la octava potencia mundial al puesto decimocuarto, (0.6 puesto por año) y desde el gobierno no se hayan impulsado estrategias para paliar este a debacle que nos informa que España será el país donde menos mejorará el nivel de vida en los próximos 40 años según el informe de la OCDE.

Mientras la deuda pública asciende a niveles de vértigo veo que la deuda de las familias al acabar el 2008 se elevaba a 912.818 millones de euros y caía al cierre del 2018 a 704.277 millones de euros, algo opuesto para la deuda pública, que al inicio del 2008 era de 384.662 millones de euros y la cantidad al finalizar junio 2019 era de 1.210.509 millones de euros. ¿Entonces?. Abrimos pregunta… ¿Somos capaces las familias españolas de mejora de nuestra gestión, controlarnos y ajustarnos a nuestra propia economía, reduciendo así el endeudamiento de las familias y desde el gobierno no son capaces de reducir la deuda pública sino al contrario aumentarla?

Si la deuda pública se genera por conceptos diversos, (pago a salarios de los empleados públicos, funcionarios, salud, educación, mantenimiento edificios, construcción de obras públicas, …) y se recurren a los impuestos para obtener fondos y en el caso de haber déficit presupuestario se emiten títulos al ciudadano, a otros países o mercados financieros, haré un paralelismo y lo comparo con lo que vendría una cuenta de resultados (ingresos menos gastos) y (financiación externa) por si mi presupuesto son deficitarios. Evidentemente algo más complicado pero lo simple y lo igual es que son ingresos (impuestos) menos gastos (mantener la parte pública) y pensar que vamos hacia el empobrecimiento, es algo que me genera mucha incógnita después de leerme este libro y me gustaría saber en qué gastamos el dinero y por qué no se le puede exigir las mismas habilidades, competencias y resultados que a un líder en una compañía privada, después de todo, el pueblo serían los accionistas.

Percibo una Europa debilitada, en retroceso frente a los dos gigantes como EEUU y China ya que al cierre de 1 de septiembre de 2019 de las 20 compañías del mundo por capitalización bursátil, 3 son China, 16 EEUU y 1 de Suiza.
Y es que nos regimos en un marco completamente burocrático que ralentiza cualquier proyecto y no sólo eso, multa a las tecnológicas norteamericanas por domiciliar parte de sus negocios en Irlanda, donde consiguen una rebaja en su carga tributaria.

Y como ejemplo destaco el caso de Irlanda, que en el 2013 tenía un gasto público equivalente al 40.3% de su PIB y España del 45.6% al cierre del 2018 Irlanda fue del 25.4% sobre el PIB y España del 41.7%, cuando ambas fueron rescatadas en el 2012, por lo que queda claro que algo se puede hacer, solamente es quererlo hacer, pero mientras hayan políticos que sean capaces de irse a un concierto con el avión privado del Estado, está claro que no avanzaremos.

Irlanda ha trabajado por ofrecer y ser atractivo a las grandes empresas (podría asimilarse al simple proceso de venta donde la empresa (país) quiere vender su producto a cliente potencial (grandes empresas, principalmente tecnológicas)), por su talento intelectual, tareas de investigación y desarrollo, facilidad operativa que encuentran para hacer negocios en Irlanda, seriedad, ventajas fiscales, … en definitiva libertad económica, por lo que las grandes empresas “clientes” le compran “se instalan”.

España, ¿qué ofrece? Rigidez en nuestro mercado laboral, elevada carga impositiva y regulatoria, (recaudar impuestos), la notable deuda pública, dificultad de acceso al crédito, el favoritismo del gobierno de turno con determinadas empresas, falta de eficiencia del mercado legal y gasto público, convirtiéndonos en el país que más grava y exige a cualquier compañía y menos incentivos ofrece, la calidad de nuestro sistema educativo y universitario, dificultades para atraer talento, activos que nos sabemos explotar, … en definitiva no somos nada atractivos. Los nuevos inversores o grandes empresas “clientes” no compran “no se instalan” no invierten en España.
Y esto es lo que conlleva a que al cierre del 2018 España cerrará con un déficit del 2.5% de nuestro PIB e Irlanda con un superávit de 168.000 millones de euros.

La ausencia de grandes empresas españolas en el panorama internacional, es el espejo del protagonismo poco puntero de nuestra economía, que se sitúa entre la decimocuarta posición y cediendo alegremente.
Nuestro futuro es la transformación digital, es inevitable e ineludible, es necesario que los profesionales se formen, especialmente los equipos IT, para dar respuestas a sus compañías y hacerlas competitivas y más productivas, en definitiva hacerlas crecer.

Usando la fórmula planteada por De la Peña y Cabezas 2015 en “La Gran Oportunidad”
TD: ((Ve X Va X Ne X h) + (Fh X CI X Tec)) X Com

Donde factores como Velocidad, Valentía, Necesidad, Humildad, deben multiplicar. Dado que la tecnología no va en retroceso, nos lleva a ser tan veloces como se presentan los cambios, valientes para afrontarlos y que a su vez nos haga ser competitivos, y obviamente es esa necesidad de no perecer, de querer permanecer, de asegurar la sostenibilidad lo que nos conduce a ello y a plantearnos estrategias, diseñarlas, crear cultura para asumir los retos que suponen esta era.

Siguiendo con la formula, lo que deberá sumarse para caminar en dirección a la era digital, es el factor humano. Por tanto, requiere del que el factor humano conecte con el cliente para poder llegar a él y por ende satisfacerle haciendo uso de la tecnología, como una herramienta de gestión que bien utilizada se convierte en una fortaleza y oportunidad en la era en cuestión, por lo que hay que invertir en buena tecnología que nos ayude a ser más productivos.

Como punto final a lo planteado por De la Peña y Cabezas es la comunicación. Si no se comunica, nada tiene sentido. La transformación debe extenderse y volverse algo vivo dentro de la organización, la comunicación por tanto nos hace estar vivos, conectados y generar experiencias para anticiparnos a todas las necesidades que se generan en la cadena de valor.

Con este resumen he tratado de buscar el paralelismo entre la gestión de las compañías y la gestión del gobierno y que la gestión es similar para ambas.

Percibo que a nivel empresarial el mercado nos exige reinventarnos o perecer pero por otra parte tenemos un gobierno que no se adapta a las nuevas formas de liderar, necesidades del mercado, a las nuevas estructuras y negocios que están apareciendo debido a la transformación digital dejando pasar la oportunidad de formar parte y contribuir o simplemente estar ahí, retrocediendo puestos en el ranking mundial.

El visado a pertenecer y prosperar es la inversión in I+D, la formación continua, no sólo porque es una salida a los más jóvenes también al paro senior, sobre todo en el tema tecnológico, la adaptación tanto humana como inversiones en tecnología para hacer las compañías más productivas y más globales, así como contar con liquidez en sus estados financieros, son las armas para para un futuro con posicionamiento dentro de nuestro país acompañado de un renuevo de fórmulas políticas donde apadrinen y mimen la economía y la clase empresarial del país.